Sólo 13 kilómetros separan a Niteroi de Rio de Janeiro, pero la diferencia entre ambas es la tranquilidad de una ciudad de 500 mil habitantes en contraste con la fascinante megalópolis que sigue siendo una de las más icónicas ciudades brasileñas para turistas de todo el mundo.
Un poco menos conocida que la vecina carioca, Niteroi tiene encantos propios e ideal para quienes buscan un lugar tranquilo, conectado con la naturaleza, pero con encanto cosmopolita. Visitar Río es imprescindible, siempre, pero ¿por qué no darse una vuelta por Niteroi?
A continuación, las escalas imprescindibles para una visita:
Puente Río-Niteroi
Inaugurado en 1974, el Puente Presidente Costa e Silva, más conocido como Puente Rio-Niterói, es uno de los más largos del mundo con 13 kilómetros de longitud y hasta 70 metros de altura en el tramo Central. Recorrerlo ya es una experiencia de inmersión en la impresionante Bahía de Guanabara.
Pero el puente no es la única alternativa de viaje entre ambas ciudades, ya que también están disponibles los ferrys de pasajeros que parten desde la zona portuaria de Río, con varias frecuencias diarias.
El MAC y la obra de Niemeyer
Niteroi es la segunda ciudad del mundo con el mayor número de obras del arquitecto Oscar Niemeyer (la primera es Brasilia), ícono de la arquitectura brasileña del siglo XX. El Museo de Arte Contemporáneo – MAC- fue inaugurado en 1996, y destaca en el horizonte por sus líneas curvas que asemejan a un platillo volador y que se divisan en lo alto de un risco, con una impresionante vista a la bahía.
Parque de la Ciudad
A 270 metros sobre el nivel del mar, en el Morro da Viração, se encuentra el Parque da Cidade donde existe una amplia área de preservación ambiental y dos rampas para vuelo libre. Las vistas de la bahía, los morros y el mar son inéditas, ya que es como divisar a Rio de Janeiro desde la vereda de enfrente y descubrirle nuevos atractivos. Para ver el atardecer, mejor llegar con tiempo: los visitantes, además, suelen aplaudir la puesta de sol.
Playa de Itacoatiara
Ubicada en la franja oceánica de las costas de Niteroi, está considerada una de las 12 mejores playas de Brasil en el ránking de Trip Advisor. En medio de una tupida vegetación, sus aguas son transparentes y azuladas, aunque un poco frías y con oleaje fuerte. Muy buscada por surfistas, está al lado de la “Prainha”, una pequeña playa protegida de las olas por dos lechos rocosos y con aguas tranquilas la mayor parte del año.
Praia do sossego
Ubicada entre las playas de Piratininga y Camboinhas, es de difícil acceso. De pequeña extensión, es muy frecuentada por quienes llegan en lanchas y yates, pues al no ser tan accesible por automóvil, desalienta las multitudes. Sossego es uno de los puntos más bellos de la ciudad y fue declarada patrimonio natural del municipio de Niteroi.
Itaipú
En lengua tupí, su nombre significa “agua que sale de las piedras”. Ubicada al final de la ruta del mismo nombre y con una extensión de aproximadamente mil metros, es la única playa oceánica de Niterói con aguas siempre tranquilas. Está en una de las zonas más antiguas de la ciudad, con su colonia de pescadores, una iglesia de principios del siglo XVIII y el Museo de Arqueología, que ofrecen un contraste con las sofisticadas casas de veraneo que abundan en el barrio.
Cuenta con restaurantes a la orilla del mar especializados en pescados y mariscos, desde donde se puede disfrutar de mejor puesta de sol de Niteroi con mesitas dispuestas sobre la arena.