Colores, sabores, música y Axé en Salvador, Bahia

No consigo explicar lo que me sucede cada vez que llego a Salvador, me invade una sensación de alegría, euforia y felicidad.
0 Shares
0
0
0

No consigo explicar lo que me sucede cada vez que llego a Salvador, me invade una sensación de alegría, euforia y felicidad. No se si es el olor del “dendé” que perfuma el aire, el son de los latidos de los tambores de “Olodum” o la energía de los “Orixás”. Se que amo estar en Bahía y tengo una conexión espiritual, ancestral con el lugar.

San Salvador de Bahía de Todos los Santos – así fue nombrada en su fundación la capital bahiana, primera sede administrativa colonial portuguesa. Sus encantos pronto se revelan en los caminos de bambú, puerta de entrada y salida de quienes utilizan el aeropuerto internacional. ¡Un lugar que ya se convirtió en una atracción turística!

La ciudad de 470 años, cantada por Dorival Caymmi, poetizada por Vinicius de Moraes e inmortalizada por Jorge Amado, es un cofre de memoria cultural de Brasil. Un paseo por el Pelourinho, el sitio donde los esclavos eran castigados, enseña un poco de la historia del país. El lugar se encuentra rodeado de casas e iglesias de estilo colonial y muestra la forma bahiana de ser, reúne los mejores restaurantes de la culinaria local, artesanatos, centros culturales y batuques de Timbalada.

El multicolorido Pelourinho encantó hasta al Rey del Pop Michael Jackson, quien grabó allí su video clip “they don’t care about us”, con lo cual no es preciso decir que la casa que sirvió de camarín al cantante se volvió un punto obligado de visita y escenario ideal para fotos.

Caminar por sus calles de piedras, sus laderas, con sonrientes bahianas constituyen un relicario rodeado por la magia y el sonido de los berimbaus y capoeiras.

Todavía por descubrir está la Catedral Basílica de San Salvador, recién reformada después de tres años cerrada por refacciones, tiempo insignificante considerando los 20 años que demoró en ser construida. La iglesia es una joya enclavada en pleno corazón del largo Terreiro de Jesús, donde se destacan los 13 altares adornados con más de 50 mil hojas de oro y cinco mil hojas de plata, con un valor de 17 millones de reales.

La nueva atracción turística de la ciudad es la Casa do Carnaval, con una inversión de 6 millones de reales del municipio, es un espacio cultural interactivo, con libros, figuras típicas del carnaval, disfraces usados por cantores bahianos, el proceso de evolución de los tríos eléctricos, luces, paneles  LED y música que permiten al visitante sentir la vibración de esa fiesta.

Uno de los puntos más lindos se encuentra en la plaza São Tome de Souza, con vista a la Bahía de Todos los Santos, desde donde se puede contemplar una hermosa puesta de sol y también el Fuerte de San Marcelo, que levantado en un pequeño banco de arrecifes a unos 300 metros de la costa, parece estar flotando sobre el mar.

Usando el icónico elevador Lacerda como medio de transporte es posible llegar a la parte baja de la ciudad donde vale la pena visitar el Mercado Modelo y comprar artículos típicos del lugar.

“365 igrejas a Bahia tem. Numa eu me batizei, na segunda eu me crismei, na terceira eu vou casar com a mulher que eu quero bem”,

Salvador tiene una iglesia para cada día del año, sí, ¡es verdad! Historiadores cuentan que las construcciones de la mayoría de las iglesias estuvieron a cargo de una élite, cada familia construía una iglesia como forma de demostrar poder.

Una de las más conocidas es la iglesia de Nosso Senhor do Bonfim, localizada en la sagrada colina que recientemente pasó por una gran reforma, en la que son distribuidas las famosas fitinhas. Considerado el mayor centro de la fe católica para los bahianos, todos los años, el Día de Reyes, se realiza el lavado de Bonfim, donde las bahianas lavan con agua perfumada y mucha fiesta los 10 escalones de la iglesia. ¡Es un lugar mágico, con una energía muy fuerte, un espacio para visitar con el corazón y el alma abierta, agradecer y recoger buenas vibras!

No pasa desapercibido el Solar Amado Bahía, un inmueble centenario, recién refaccionado que forma parte del Patrimonio Histórico y Artístico Nacional; transformado en un divertido y sabroso Museo del Helado, allí se puede conocer la historia de la tradicional fábrica de helados Real y probar sus deliciosos productos con sabores de frutas típicas, en el nuevo y atractivo barrio de Ribeira.

“Vai compreender que o baiano é um povo a mais de mil, ele tem Deus no coração e o DIABO no quadril”,

Eso significa que el pueblo es muy religioso pero no elude una buena fiesta. En esta tierra donde el carnaval dura el año entero, los circuitos DODO (Barra – Ondina) y OSMAR (Campo Grande – Avenida sete) y los palcos de los grandes tríos eléctricos arrastran multitudes los siete días de fiesta por 27 kilómetros transformando al lugar en la “Cidade do Carnaval”. Esta celebración es el mayor empleador de la ciudad pues 200.000 personas están ligadas directamente a las actividades de este gran evento, ya sea en un camarote, en el balcón de un hotel o en medio de la multitud. Vivir este momento es algo indescriptible. Dicen que el carnaval de Bahía es la octava maravilla del mundo.

“Te espero no farol”

Sin dudas el lugar más visitado de Salvador es el Faro de la Barra, el lugar marca la entrada a la Bahía de Todos los Santos y es posible subir al punto más alto de la construcción a través de una escalera interna y disfrutar desde un mirador una hermosa vista. Es común que las personas se reúnan al final de la tarde en el lugar para disfrutar de la puesta de sol.

El borde de la Barra es un punto rico en atractivos turísticos, además de haber pasado por una gran reforma, el lugar tiene una buena distribución de tiendas, cafés, plazas, restaurantes, bares, boites, shoppings y monumentos históricos. La zona también cuenta con muchos hoteles generalmente ocupados por personas de poder adquisitivo medio-alto y es considerada una zona noble de Salvador. Complementando ese polo de atractivos turísticos se encuentra la playa de Porto da Barra, con una pequeña ensenada de olas suaves y agua de temperatura agradable. La playa da Barra fue catalogada por The Guardian como una de las mejores playas del mundo. Los más radicales pueden disfrutar de la recién inaugurada tirolesa del Morro do Cristo.

“No tabuleiro da baiana tem?”

La comida es un atractivo aparte, prácticamente compuesta por platos de origen africano, diferenciada por condimentos más fuertes, como el aceite de dendé, leche de coco, jengibre y pimienta. Vatapá, Caruru, Moqueca, Tapioca, el acarajé es el más tradicional y conocido. Es un bollo hecho de pasta de porotos desmenuzados, relleno con camarones secos y pimienta, mucha pimienta. El plato tuvo tanto suceso que se convirtió en referencia, las bahianas de acarajé, nombra la profesión reglamentada, de las vendedoras de esas delicias dispersas por toda la ciudad, Sira, Dina, Jo son los nombres de algunas de ellas reconocidas internacionalmente.

“A casa do Rio Vermelho”.

Imposible hablar de Salvador y no recordar a Jorge Amado, escritor brasileño que retrató tan bien al pueblo bahiano en sus obras literarias. Quien tenga oportunidad de leer sus libros, podrá notar que hasta la luna y el mar de Salvador son más poéticos. Al lado de Dorival Caymmi, presentó a Bahía al Brasil y al mundo Capitanes de arena, Tieta do Agreste, Gabriela, Doña Flor y sus dos maridos muestran lo cotidiano y la cultura bahiana. Jorge Amado murió en 2001 más su memoria está viva y su casa abierta a quien quiera conocer un poco más de su trayectoria. La casa de la rua Alagoinha 33 fue la residencia del, escritor por 40 años, hoy día el local es un museo con ropas, objetos personales, borradores, libros y su vieja máquina de escribir que funcionó hasta los últimos días de vida del escritor. En el lugar también es posible apreciar el amor y devoción que el escritor tenía por la religión y el candomblé.

Uno de los barrios más bohemios para disfrutar día y noche es Rio Vermelho. El lugar comienza a ganar más movimiento cuando oscurece y muestra variadas opciones de restaurantes, bares, boites y barracas de acarajé. No en balde es considerado uno de los barrios más atractivos de la noche metropolitana. El Mercado do Peixe (Vila Caramuru) no puede quedar fuera de la lista. El complejo es punto de encuentro de turistas y moradores y allí se encuentran restaurantes y bares increíbles.

Para quienes gustan de programas culturales, el ballet folclórico de Bahía es imperdible con un show que presenta números típicos que incluyen escenografías, música y danzas. Entre los números más populares mencionamos la Puxada de Rede, Capoeira y la danza de los Orixás en homenaje a las religiones africanas como el candomblé.

“Nessa cidade todo mundo é d’oxum”.

La cultura afro es lo que hace a Salvador diferente de otros sitios del Brasil y la vida en la ciudad se encuentra fuertemente influenciada por el candomblé. Es común que en los hoteles, posadas y tiendas que venden paseos turísticos ofrezcan visitas guiadas a terreiros de ritos africanos pero el candomblé se encuentra en todas partes, en las calles, comidas y hasta en la fiesta de Bonfim, la fiesta de Iemanjá del día 2 de febrero es muy particular con sus ofrendas florales al mar. La devoción y el sincretismo son algo muy fuerte y el bahiano es un pueblo de mucha fe.

Visitar Salvador es sumergirse en la cultura y la historia de Brasil, una selección de bellezas naturales, playas de aguas calientes y mar con varios tonos de azul, de poetas, cantores, escritores, de un pueblo simple, fuerte, de sonrisa franca y brazos abiertos, de colores y condimentos, música y fe.

0 Shares

Deja un comentario

You May Also Like