El brote de coronavirus, COVID-19 ha dado un golpe casi devastador a toda la industria de viajes, incluida la de cruceros. Si bien a nivel mundial algunas aerolíneas todavía están operando (aunque con horarios reducidos, menos boletos vendidos y con muchas rutas cerradas) y algunos hoteles permanecen abiertos, las restricciones de viaje gubernamentales relacionadas con el coronavirus y los cierres de puertos han obligado a casi todos los cruceros a dejar de navegar.
El coronavirus no solo afectó a las ventas sino que también ha devastado la reputación de la industria de cruceros, por los episodios que lamentablemente afectaron a algunos barcos con pasajeros infectados o que los puertos no los permitían atracar. Todo esto hará que cuando las operaciones se reanuden la experiencia a bordo no sea exactamente la misma a la que antes conocíamos, por lo menos en el corto plazo.
El adios a los buffets
Los días del buffet por lo menos con autoservicio pueden haber terminado, al menos por un tiempo tanto en los hoteles como en los cruceros. Una opción más que viable es que sea la tripulación y no los pasajeros, quienes sirvan la comida en los platos. Esto sería un intento de reducir la transmisión de enfermedades que pueden ocurrir cuando varias personas tocan los mismos utensilios para servir.
Esto también podría ser aplicado a las bebidas, donde sea la tripulación la encargada de repartir las bebidas de las estaciones de autoservicio de manera a que los pasajeros no toquen las máquinas. Además al igual que en los restaurantes se eliminarán los artículos muy tocados, como saleros y pimenteros de las mesas.
Nuevas evaluaciones de salud y restricciones
Varias líneas de cruceros ya han anunciado planes para controles de temperatura antes de abordar a los pasajeros tal cual lo están haciendo ahora algunas lineas aéreas, pero se espera que estos controles sean más estrictos cuando comiencen a operar.
Las líneas de cruceros podrían realizar pruebas de respuesta rápida COVID-19 en cada pasajero justo antes de abordar, de manera a ayudar a mantener a las personas enfermas fuera de los barcos. Tales pruebas proporcionarían a los pasajeros documentación que demuestre que están libres de COVID-19: algo que algunos destinos ahora requieren para ingresar.
También podrían ser aplicadas restricciones de viajes para pasajeros mayores de 70 años o aquellos con afecciones médicas preexistentes, es decir los que corren el mayor riesgo de complicaciones por COVID-19.
Mayor limpieza a bordo
Aunque es común en los barcos que la tripulación lave y desinfecte regularmente los pasamanos, los botones del ascensor, el equipo de gimnasio y otras superficies de alto contacto varias veces al día, esto se podría ver intesificado. Cualquier persona que haya estado en un barco últimamente sabe que es casi imposible entrar en un comedor sin lavarse las manos o usar gel antibacteriano, y que estos casi siempre está disponible en puestos cerca de las entradas de los restaurantes.
Pero las compañías deberán ampliar aún más sus protocolos de limpieza a bordo.
Precios más bajos
Aunque aún no se han anunciado, el consenso entre los observadores de la industria es que tanto para las líneas aéreas como las líneas de cruceros las ofertas lleguen una vez reanudada las operaciones. Analistas de Wall Street piensan que podría tomar varios años para que los precios se recuperen a los niveles de hace solo unos meses atrás.
Los precios en el mundo de los cruceros son muy sensibles a los cambios en la oferta y la demanda, y, al menos inicialmente, se espera que la demanda disminuya significativamente una vez que se reanuden los cruceros.
Cambios en los itinerarios y barcos con menor ocupación
Una cosa que probablemente sea diferente cuando se reanuden los cruceros son los itinerarios. “En el corto plazo, una vez que comencemos a navegar, será diferente porque dudo mucho que todos los destinos se abran simultáneamente”, expresó Arnold Donald CEO de Carnival Corporation a el medio norteamericano The Points Guy. El ejecutivo también señaló que el regreso de algunos itinerarios de cruceros dependerá de la reanudación de una cantidad adecuada de transporte aéreo. “Tenemos varias lineas que dependen mucho del transporte aéreo para llevar a los pasajeros al punto de embarque, por lo que tendremos que esperar y ver”, expresó, “No sabemos qué destinos se abrirán ni cuando y hasta que veamos más movimiento, es difícil predecir exactamente qué itinerarios estarán disponibles”
Lo más probable es que las compañías de cruceros inicialmente ofrezcan viajes más cortos por lo menos en los primeros meses de operación. Por ejemplo Norwegian Cruise Line ya ha anunciado que uno de sus barcos, el Norwegian Sun, se reubicará en Puerto Cañaveral, Florida, cuando se reanuden las operaciones para realizar viajes cortos de tres a cinco días.
Aparte de esto es probable que exista una reducción en la cantidad de pasajeros a bordo, lo cual puede llegar a ser un requisito para que los cruceros vuelvan a operar en al menos algunas partes del mundo. La reducción de pasajeros a bordo se daría de manera a cumplir con los protocolos de distanciamiento social necesarios para minimizar el riesgo de transmisión y propagación de virus como el COVID-19.
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