Brasil es el mayor productor mundial de café, y el principal exportador de granos de ese fruto a nivel global. La infusión es un baluarte histórico, económico y cultural del país, segundo mayor consumidor después de Estados Unidos. Para cualquier extranjero, sin embargo, no es fácil desentrañar todas las modalidades de la infusión, por la multiplicidad de opciones disponibles.
Aquí, una guía para turistas exigentes:
Expresso: fuerte, de máquina, cada vez más popular por la proliferación de las cafeteras portátiles y de cápsulas. También se conoce como “café curto”, ya que ocupa de 25 a 35 ml de la taza estándar de 50 ml.
Coado (colado): es el tradicional café hervido y servido tras pasar por un colador de tela. Suave y aromático.
Carioca: similar al coado, pero un poco más acuoso. Muy liviano.
Pingado: leche con un toque de café. Muy popular en los bares, panaderías y cervecerías, usualmente servido en vasos largos. La proporción de leche y café es variable según el lugar, por eso mejor estar atento para obtener la cantidad deseada de cada uno.
Longo: se hace en la máquina de expresso, pero es más aguado.
Com leite: puede ser el café filtrado con leche caliente o el expresso con leche evaporada, que resulta en más o menos la misma proporción entre los ingredientes. Tradicionalmente servido para el desayuno o la merienda.
Media: tradicional en panaderías y bares en Brasil, es una mezcla de leche con café expresso, más una fina capa de espuma de leche. Es decir, es casi un pingado, pero con la adición de espuma.
Americano: café liviano, con más agua, similar al carioca.
Doble: café fuerte, con más cuerpo que un expresso.